martes, 5 de julio de 2011

LA IDENTIDAD PERDIDA EN LAS HERMANDADES DE JESÚS NAZARENO

En 1779 se efectuaba por última vez la ceremonia de la Humillación de la Hermandad de Silencio, la Madre y Maestra, por las calles de Sevilla. La ceremonia consistía en el encuentro de Jesús con la Santísima Virgen en la calle de la Amargura, enfrentándose los pasos con un saludo peculiar. Se realizaba en la Plaza del Duque. Esto sucede porque en 1780 se iniciaba en Sevilla la “Carrera Oficial” obligando a las cofradía a mantener un horario definido y un riguroso control del tiempo. Esta obligación en la hermandad matriz traerá consigo que otras filiales vayan perdiendo, con el paso de los tiempos, la costumbre de aquellos ritos, y se vayan “sevillanizando” cada vez mas hasta perderlos en su totalidad. Cada pueblo es un mundo, y cada Hermandad de Jesús Nazareno así lo atestigua, ya que, como veremos a lo largo del artículo, cada cual ha ido orientando los ritos a su estilo.


Dentro del terreno de la hipótesis, y aunando todos los ritos que las distintas Hermandades de Jesús Nazareno de la provincia de Sevilla realizan, las representaciones bien podrían ser así:

La imagen de Jesús Nazareno tendrá los brazos articulados para que en un momento del recorrido pueda aparecer maniatado, que es lo que sucede en la población de Herrera y prendido el Jueves Santo, o el Viernes Santo Bendecir a los devotos o excarcelar un preso como se hacía en Alcalá de Guadaíra hasta el siglo XIX.

En los oficios del Jueves Santo, que se conmemora la institución de la Eucaristía, se reúnen en el cenáculo Jesús con los doce apóstoles. De la última cena sale Judas y realiza el recorrido de la cofradía acompañado por los romanos para prender a Jesús, como lo realiza la Hermandad de Herrera y la de Alcalá de Guadaíra sin el Judas, pero con romanos y “judíos”.

La madrugada del Viernes Santo sale la cofradía a la calle, ya con la imagen de Jesús portando la cruz. Estará conformada por cuatro pasos: Jesús Nazareno, San Juan, La Verónica y la Santísima Virgen María. La Verónica ya no procesiona en ninguna hermandad, habiéndolo realizado en su día las Hermandades de Lebrija, Lora del Río, Marchena, Peñaflor, Arahal, La Campana y Écija. En Mairena del Alcor y Marchena no procesiona como imagen en su paso, pero una muchacha del pueblo la representa subiendo al paso, colocando el sudario sobre el rostro del Nazareno y exponiendo a los creyentes los tres rostros del Señor.
La imagen de San Juan aún se está manteniendo en algunas hermandades en su paso, y aún procesiona en Machena, Las Cabezas de San Juan, Gilena, Aguadulce, Lebrija y Alcalá de Guadaíra. Perdieron esta costumbre las Hermandades de Écija, La Campana, Arahal, Utrera, Paradas, Mairena del Alcor y Lora del Río. En muchas Hermandades, como la Madre y Maestra, San Juan acompaña a la Santísima Virgen bajo el palio.
En el transcurso del recorrido se encuentra el prendimiento, donde aparece en escena Judas Iscariote, que en el caso de Badolatosa es un vecino en unión de cinco romanos quien prende a Jesús. Igualmente hay un “cruce de lanzas” en Herrera, Marchena y Alcalá de Guadaíra.


El uso de los armaos, romanos o judíos, es mas frecuente y llega a nuestros días, quizás por la vistosidad de los mismos, o por su conjunción con elementos musicales de alguna agrupación. Los romanos intervienen en las poblaciones de Herrera, Marchena donde procesionan más de cuarenta romanos a caballo y un número superior a pié, Badolatosa, Las cabezas de San Juan y Alcalá de Guadaíra. También en alguna época lo han tenido las Hermandades de Utrera, Écija, El Viso del Alcor, Mairena del Alcor y Lora de Estepa.

El encuentro en la Calle de la Amargura es un punto coincidente en muchas Hermandades, toda vez que la Madre y Maestra la realizaba. Recibe distintos nombres dependiendo del lugar donde se realice. Así en Sevilla se llamaba la “Humillación”, el “Encuentro” en Constantina, Badolatosa, y Alanís, “El Sermón de pasión” o “el Sermón” en Las cabezas de San Juan, Los Palacios, Marchena donde se representa con cuarenta nazarenos portando escenas de la pasión, Lora de Estepa y Alcalá de Guadaíra. Los lugares del “encuentro” normalmente se buscan en cotas altas de la ciudad, buscando un castillo como en el caso de Mairena del Alcor, un convento o iglesia situado en lo alto de la ciudad como en el caso de Osuna o Estepa, una plaza céntrica como es el caso de Las Cabezas de San Juan, o un cerro a las afueras del pueblo como en Alcalá de Guadaíra. En Constantina el encuentro es especial porque cada paso procesiona “por libre” hasta su encuentro en una plaza donde se “saludan” y un sacerdote da un sermón. Igualmente sucede el sermón del sacerdote en la ceremonia de Alcalá de Guadaíra.
De vuelta a la iglesia, después de la representación nada hay escrito. Cada hermandad de Jesús Nazareno pone su gusto, su propia idiosincrasia. Se vuelve al templo antes del medio día, porque en algunos pueblos aún se conserva la segunda parte de la Pasión: el Santo Entierro, con un Cristo que desciende de la Cruz, el varón de los Siete Dolores, en Encuentro con la Virgen de la Soledad, las Marías, Las Sudario, Virtudes teologales, Ángeles y querubines...


Las Hermandades de Jesús Nazareno gozan de un patrimonio transmitido de generación en generación que no se debe de perder. Quedan ya muy pocas Hermandades en la provincia de Sevilla que mantengan el arraigo de una seña de identidad que nos marca y nos diferencia. Defendámosla.



José María Márquez Catalán

Consiliario de la Hermandad de Alcalá de Guadaíra.

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